23 de noviembre, parece ser que la Navidad brota de entre el asfalto infértil. La música ilumina las calles mientras las luces repercuten en nuestros tímpanos alegres por el consumismo estacional y barato. Es la hora de reunirse en familia para trinchar el pavo y trocear nuestros corazones, las vísceras que resbalen irán a parar al cuenco del perro. La Navidad es la época más maravillosa del año en la cual se mezcla lo extravagante de los carnavales y la distinción de los festivales veraniegos, pero con una ola de frío que entumece nuestros músculos haciéndonos pasar por zombies.