jueves, 30 de agosto de 2012

EL NEGRO VENCIÓ CON EL LEÓN A CUESTAS



 Por suerte en esta vida existen personas tocadas por un ángel, a los que de tanto ofrecimiento gratuito exportado, reciben un apoyo inimaginable. Tengo que destacar en esta entrada el nombre de un gran hombre: Fernando Cáceres (7 de febrero de 1969, San Isidro, provincia de Buenos Aires). Él no es extremeño, sino argentino, y ha recorrido innumerables campos de fútbol desde su debut en 1986 con Argentinos Juniors, como dicen en su país; es un gran canchero. Su estatura 1.80 cm le hizo valedor de establecerse como el jefe de cualquier zaga, siempre atento y ordenado, su logística formaba parte esencial de lo que fue su posición en el eje defensivo. Quizás no brillaba por su presencia la técnica que tanto se valora ahora, pero Fernando sabía colocarse en el lugar oportuno, estaba en el sitio del conflicto incluso antes de que éste sucediera.


Tuvo que dividirse en dos tierras separadas por un gran charco que nunca dudó en cruzar. Se convirtió en abanderado tanto del su lugar de nacimiento como de donde surgió su asentamiento en el deporte, su querida España. Sus botas formaron parte de la historia de grandes terrenos de juego como la Romareda; Zaragoza (1993-1996), Mestalla; Valencia (1997-1998), Balaídos; Celta de Vigo (1998-2004) y el Nuevo Arcángel; Córdoba (2004). Sus largos paseos por el césped de los estadios de nuestra Liga le hicieron hacerse un hueco entre los jugadores mayor aclamados y más queridos.

Un comportamiento ejemplar fue su premisa siempre presente dentro y fuera del estrambótico y comercial mundo del fútbol. Todo esto le sirvió para pertenecer a esos pocos luchadores con escudo de su nación en el pecho, Cáceres pudo hacerlo durante los años 1992 y 1997, proclamándose campeón de la Copa América en Ecuador en 1993.

Pero, y aquí saco mi vena maña, por lo que muchos le recordamos en lo que a hitos deportivos se refiere es por ese fantástico año para el zaragocismo, aquel 1995. La alineación de aquel entonces te hacía salivar de manera inefable: Estos héroes unidos eran:


1-      Andoni Cedrun.
2-  Alberto Belsué.
3-  Chucho Solana.
4-  Fernando Cáceres.
5-  Nayim.
6-  Xavi Aguado.
7-  Miguel Pardeza. (c)
8-  Santi Aragón.
9-  Juan Eduardo Esnáider.
10- Francisco “Paquete” Higuera.
11-  Gustavo Poyet.


Este equipo llevó al Real Zaragoza, en la noche del 10 de mayo de 1995, al título más importante de su historia al lograr la Recopa de Europa, por 2-1, ante el Arsenal inglés en el Parque de los Príncipes, en París. Algo que sabemos que nunca va a poder ser superado en la vida. Por eso aun podremos decir eso de: “Siempre nos quedará París”.


Como buen ex-zaragocista, Cáceres tiene un corazón de león al servicio de la humanidad. Este sudamericano emigrante se hizo un hueco en la hinchada blanquiazul con el sobrenombre de “el negro”, como así se le llamaba con anterioridad, y llevado sin racismo alguno. Un cisne negro al que siempre le tocaba bailar con la más fea y nunca se quejó.

Y llegó el fatídico día, nadie lo esperaba, pasó muy rápido sin levantar polvareda pero pronto llegó la ventisca de arena a todos los espacios abiertos. El día 1 de noviembre de 2009, Cáceres iba en su coche negro –no podía ser de otro color-  por una de las calles de la localidad de Ciudadela, Buenos Aires, cuando tuvo que verse obligado a parar el vehículo tras ser increpado por cuatro desalmados delincuentes. Éste recogiendo valor se negó a suministrarles lo que pedían sin darles el gusto que tanto ansiaban. Este embrollo culminó con el peor final que podía haberse dado; apretaron el gatillo y la bala fue directa a la cabeza del bueno de Cáceres. Perdió un ojo y se fracturó el cráneo, en esos instantes de la hospitalización, todo el mundo del fútbol apoyó a esta gran persona, las muestras de ánimo y cariño iban en aumento constante y exponencial.

Las operaciones se alargaban y se prolongaban en su intento de extirpar el proyectil de su cabeza, mientras tanto, se juntaban amigos del deporte balompédico para disputar encuentros amistosos a favor de la ausencia del crimen y siempre teniendo de trasfondo la figura de Fernando. Finalmente, y mediante las palabras del médico que lo operó en el hospital Ramón Carrillo, se dictaminó que la bala se alojó en un lugar muy complicado y no se pudo extraer. Fernando se estaba recuperando poco a poco de las graves lesiones, la oscuridad debe esperar para “el negro”.

Un caso similar ocurrió en 2010 con el delantero paraguayo Salvador Cabañas, quien estando de madrugada en una discoteca de la capital mexicana, fue tiroteado por varios individuos cuando se encontraba con su esposa. Un año más tarde, y con 30 años a sus espaldas, se encontraba entrenando con el campeón de Paraguay, el equipo Libertad de Asunción.


En estos días hemos vuelto a comprobar el estado de ánimo y la respuesta física del que fuera estandarte del zaragocismo de la Copa del Rey de 1994 contra el Celta de Vigo y, por supuesto, la Recopa de Europa. Fernando concedía una entrevista en exclusiva tras anunciar que había vuelto a nacer. En ella se observa como su pasión por el fútbol sigue intacta, y sufre cuando nuestro Real Zaragoza posa pie y medio en el descenso a la liga Adelante. Pero, lo más grande de todo, es que no quiero dejar escapar la oportunidad de poder entrenar algún día al equipo de la capital aragonesa. Lo último que podemos escuchar en la entrevista, y siendo palabras textuales es:

 Y a los hinchas del Zaragoza, que me guarden un lugarcito porque algún día seré el entrenador del equipo con mi amigo el Pipa Gancedo. El que antes era un vago y ahora va a tener que correr.





Todo el zaragocismo esperamos que así sea y que inculque todos los valores que Cáceres representó para el fútbol profesional y que quedaron implantados en el escudo del león. Hoy “el negro” ha vuelto a rugir.




RESUMEN DE CÓMO ME HA IDO ESTE VERANO

Mal.

domingo, 26 de agosto de 2012

Frost contra Nixon


El género de las entrevistas, un modelo de periodismo válido para cualquier circunstancia. Sonsacar información es su meta, sus herramientas; la profesionalidad. Saber cómo responder frente a situaciones adversas y reponerse de los batacazos en forma de argumentos verbales de tu oponente. Así se presenta la película –basada en hachos reales- El desafío: Frost contra Nixon. Una alegoría al esfuerzo y la constancia. El reconocer unos valores que muchos piensan que todo el mundo posee al nacer; ¡No todo el mundo es periodista por saber coger un lápiz señores! Que existen individuos a los que va dirigida la frase: “Le gusta más que a un tonto un lápiz”.


No confundamos churras con merinas. No tomemos como ejemplo de periodismo los engendros de programas pilotados por italianos, o los insultos a la cultura de algunos de los tertulianos más alabados. Porque estas personas engrandecen el trabajo –a veces desconocido- de profesionales de la escritura a mano alzada, como si apenas pensaran, podría citar muchos pero me quedaré con el que ha engendrado libros de periodismo como manuales a llevar siempre presentes en cabeza y bolsillo, Fernando López Pan.

Sus obras son santo y seña de mi estudio, más que una guía es el GPS que te lleva directo a tu destino de la manera más corta y eficaz. Palabras con sentido, dar sentido a las palabras y no hablar por hablar llegando a los gritos y pasando por los rebuznos que podemos observar en los gallineros de la jaula tonta.

David Frost, pese a ser consagrado como showman, se atreve a meterse de lleno en las entrevistas de a fondo. Un género que requiere de mucha práctica y más si el entrevistado forma parte del ámbito político, no debes dejar que se vayan por las ramas.

Este afamado presentador británico toma la iniciativa para aprovechar la oportunidad de ponerse frente a frente con el ex presidente de los EEUU Richard Nixon, una ocasión única para tratar temas tan tabúes como el indulto por parte de Gerald Ford o el caso Watergate.

Un periodista no desaprovecharía nunca esa acometida, e incluso, pagaría como hace Frost, para tener una cita tan importante como la que consigue. Dudo que cualquier persona tuviera lo que hay que tener para mantener un diálogo con ritmo, educado, agresivo y certero frente a rostros tan polémicos.

La solución es bien sencilla, leer y estudiar y saber criticar consejos y libros de los más importantes periodistas habidos. 

jueves, 23 de agosto de 2012

SE NOS VA LA FUERZA POR LA BOCA


Qué sensación de incomodidad aflora con la contaminación, sobre todo la que emana del ruido. Nos acostumbramos tanto a oír de todo, que apenas nos sabemos ubicar cuando no escuchamos nada. Un taladro incrustado en el cráneo que no para de martirizar y de abonar desasosiego emocional. La búsqueda del vacío sonoro es clara y reconstituyente. Unos instantes de soledad momentánea que te ayudan a establecerte como persona en esta sociedad de las prisas hacia ninguna parte. Me salvan las situaciones tranquilas dedicadas, entre otras cosas, al escribir por escribir. Una práctica en constante depresión que ahuyenta a enemigos y conocidos.

Los pinchazos acaparan la pertenencia a cualquier grupo humano, la paciencia termina en la impaciencia propia por salir de un infierno vital al que estás sometido por conveniencia. El regirse por los demás implica el desvanecimiento de una de las grandes claves que nunca debería desaparecer, la soledad. “Mejor solo que mal acompañado”, dicen algunos; y yo les contesto que en circunstancias no ocasionales: “mejor solo que bien acompañado”.


Es cansado tener que dar explicaciones varias por algo que solo tú piensas y dudas en que los demás puedan llegar a comprender. El proceso de reflexión interno, con uno mismo, no es comparable con ningún diálogo, por profundo que sea éste. El feed-back inconcluyente al que avocamos siempre al fracaso por el mero hecho de no querer comprendernos los unos a los otros, se trata de conversaciones dictaminadas por la educación, pero que pasan como mero trámite personal para continuar con nuestra caminata.
Un paseo entre naturaleza, lo puro se nos apresenta de forma voluntaria y casi sin utilidad musical. Olores y percepciones visuales ganan la partida a nuestras escuchas sin oídas. Por eso, a veces lo mejor es huir al monte en una no averiguación de reprochables comentarios, solo inofensivos silbidos con significado desconocido que recuerdan que pertenecemos a otra especie animal, y como seres humanos que somos a veces ni nos entendemos nosotros mismos, sin embargo nuestro sonido expulsado suena realmente estridente frente a los originarios de otros animales.

Un grito desgarrador es la solución, muchas veces, a pequeños susurros malintencionados con intención agarradora de intenciones malditas. Un último aliento, apuntado hacia el techo formador de un lecho de nubes, sin respiración asistida. 

viernes, 17 de agosto de 2012

CONSTRUYE UN TREN, Y DATE A CONOCER


Nos hacemos mayores, recolectamos experiencia a marchas forzadas haciendo rugir nuestro mecanismo. Pero, cuando ya cultivamos alguna cana, recordamos los momentos preadolescentes en los que disfrutábamos con cualquier cosa como lo que éramos: unos críos. Imaginábamos nuestros sueños aún estando despiertos, confiábamos en un futuro que creímos lejano. Muchas fueron las esperanzas depositadas en una pequeña ambición por ser algo, o por nunca serlo.


El mundo lo teníamos a nuestros pies, muchos caminos que recorrer para una sola persona, fuimos los reyes en ese momento y quisimos que el reinado nunca acabara. Íbamos a hacer esto, lo otro, lo de más allá, aquello que nos tenía enamorado, lo que nos obligaban los adultos… Todo tenía cabida en nuestra diminuta cabeza de chorlito, sobre todo melodías que eran nuevas para nuestros inocentes oídos. Por eso, hoy en día, seguimos con la copla de ésa canción que nos marcó, y formó parte de la banda sonora del destino que tuvimos en mente.

Me apetece, por tanto, rememorar unos acordes que me acompañaron años atrás y, cada vez que los vuelvo a oír, rejuvenezco un poco en este caos llamado vida. La motivación viene con el grupo hispano-sueco Undrop, y su pegadizo tema “Train”. Bien es cierto que, como suele ser habitual, lo que les catapultó fue su aparición en un anuncio de una conocida marca de refrescos como es Pepsi; pero ahí estaban ellos con su composición alegrándonos una buena tarde. Cuando salía el anuncio empezaban las palpitaciones y las ganas de saltar para olvidar todo, eran mediados los noventa por aquel entonces.

Todo eclosionaba y se convertía en algo nuevo para mí, que no podría dejar escapar. Una reivindicación -aún sin saber exactamente el contenido de su letra- pero que al escucharla una vez la hacías tuya. Ese tren lo visualizabas y reías preocupado al pensar qué locomotora será en la que finalmente aterrices para el gran viaje hacia no se sabe donde.

En esos años nos sentimos partícipes de un nuevo movimiento llamado Generationext. Era algo así como salirse del esquema preestablecido de lo dictatorial de las normas morales. Nos vimos involucrados en un ecosistema cultural con unas bases esenciales; hacer lo que te apasione aunque no seas perfecto. En esta campaña publicitaria se abogó por un “lo importante es que te guste a ti”. No dejarse perpetrar por comportamientos u opiniones banales de los demás, cada uno es dueño y señor de sus decisiones y equivocaciones varias. Es cierto que la experiencia es un grado, pero también es verdad que hay que regirse por momentos y circunstancias, si mantenemos todos el mismo nivel y, la misma tonalidad de implicación, todo tendría un carácter aburrido e igualitario en el peor sentido. Destaca entre la multitud, sé tú el siguiente en dar el paso para indagar en lugares inhóspitos y deshabitados. Sigue el ritmo que tú mismo quieras imponerte y arranca con dirección a ninguna parte.

Dicen que en la vida hay algunos trenes que no puedes dejar escapar, y seguro que tienen toda la razón, pero yo no voy a subirme a ningún vagón de trenes que no se quién los conduce. Prefiero construir mi propio futuro, mi propio vehículo, y poder ir a donde me plazca, cuando quiera y con quien lo desee y le apetezca. Hoy seré maquinista sin experiencia alguna y sin complejos pasados que acumulen falsas expectativas.

Si cualquier persona quiere levantar la mano para cortarte las alas, sé más rápido y quítale las ganas de hablar, porque cualquier día en tu vida sigue siendo tuyo y no de extremidades desconocidas; There is a train, it’s leaving today.


TRAIN



There is a train, it’s leaving today (yeah)
It’s leaving today and I’m gonna get on it
There is a train so don’t let it pass without you
Don’t let it leave without you, just get on it
There is a train that leaves tomorrow
And we’re gonna get on it,
There is a train, common let’s hurry
Let’s get on it... there is a train

Chorus:
And it’s going away (x3)
Going to a higher destination let’s get on it
And it’s going away (x3)
Going to a higher destination let’s get on it

There is a train only a moment away
It’s coming like a wave, let’s go for a ride

Like a healing herb, yeah it’s like a cure
A million powerful flowers in bloom
There is a train that leaves tomorrow
And we’re gonna get on it
There is a train, common let’s hurry
Let’s get on it... there is a train

(Chorus)

Let’s give thanks and praises to the supreme
By singing his glories over and over and over again
Using Sri-krsna-cattanya-Prabttu-
Neyananda. Sri - Advaita gadadhara
Srivasad - Gaura Bhatka Vrnda
Hare Krsna Hare Krsna Krsna hare Hare
Hare Rama Hare Rama Rama Rama...
If you’re going to be happy in this life or not
Dualities of being cold and next moment being hot
Depends on what you used to do and what you do today
So just get on this train cause it will...
Take us away (x3)
And it’s take us away (x3)
Going to a higher destination let’s get on it
And it’s take us away (x3)
Going to a higher destination let’s get on it





PD a Robert Bodegas: Yo también amanecí del letargo musical con esta canción.

jueves, 16 de agosto de 2012

La culpa es de la vaca: Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Beltrán


A mis manos cayó hoy un fragmento de este libro con título más que llamativo. Quizás mi mente ahora está poco receptiva, pero puede captar el intento de optimismo que se quieren dan a entender con este texto. Estos párrafos hacen mención a cómo enfrentar tus miedos una vez se cruzan en tu camino. Con una gran metáfora relatan la historia de cómo un cocinero hierve en tres ollas un alimento distinto en cada una: una zanahoria, un huevo y café. Tras la ebullición cada uno de estos condimentos se muestra de una forma: La zanahoria que parecía dura tras luchar contra el calor al final cedió y se puso blanda. El huevo que es maleable se vuelve duro y, sin embargo, el café hace que el agua cambie. Por tanto si tomamos el agua hirviendo como una metáfora, ¿cómo nos debemos enfrentar al mundo? Podemos, como una zanahoria, deprimirnos cuando algo va mal y así demostrar que teníamos una coraza o, podemos volvernos rígidos tras un hecho inesperado y cambiar totalmente nuestra personalidad como el huevo. Pero por lo que tenemos que combatir es por ser café y ser nosotros los dominadores de los miedos o de los traumas que tengamos. Su apariencia es difícil por eso lleva de una guerra constante, día a día y, sobre todo, si cada vez la cuesta es más larga.

La solución sería dejar de lado los malos pensamientos, que son aquellos que tu mente impone y que no son verdaderos, y atarse a los buenos momentos de la vida. Eso es la teoría, ahora toca ponerlo en práctica. Se intenta siempre ir en busca de la felicidad, pero nunca sabes donde podrías encontrarla, esa es la verdadera complejidad. Podría asemejarse en algunos aspectos al libro de Robin S. Sharma, El monje que vendió su Ferrari. En esta obra el personaje principal escapa de la rutina inservible y de la espiral sin sentido en la que se encuentra inmerso, para acabar en una orden de los monjes con su pleno convencimiento de que ese es el camino. La dirección de nuestra vida o cómo nos aferremos a ella es solo decisión de uno mismo, al igual que el modo de vivirla. Y así lo refleja en una de las frases que aparece en este libro: “Cuando has cultivado un sentido profundo de la fe en tus posibilidades, y un espíritu indomable, nada puede impedir que cumplas lo que te propongas” (página 111). Aun así, se que es complicado, que me lo digan a mí…

domingo, 12 de agosto de 2012

MÁS VALE MAÑA QUE FUERZA






Lo difícil, en la mayoría de las ocasiones, es ir despacio. La rapidez nos puede, y la vagancia nos salvaguarda cuando la energía desfallece. El último recurso es apelar a la suerte y, que los astros coincidan en su mirada hacia nuestra acción estelar. La casualidad, en contadas situaciones, hace acto de presencia para separar las nubes e iluminar lo que, con tan poca concentración, le dedicamos un ligero gesto como de estreñimiento.


Algunos valientes perseveran en su idea de no dejar nada a la improvisación. El azar conlleva la esperanza en algo que no percibes, creencias en una fe con demasiados devotos que casi nunca salen favorecidos. La constancia de uno mismo en lo que uno haga, el superar obstáculos, ya sea saltando, nadando, corriendo o luchando, te curtirán en el aprendizaje de lo que significa la vida. Decaerse no es de débiles, achacar errores y fallos forma parte de la evolución, pero el levantarte y seguir corriendo conviértelo en santo y seña en tu diario.

Sí, la verdad es que los muros existen, pero se mantienen firmes para su pausada escalada hasta sobrepasarlos. Nos quejamos de todo y se ríen de nosotros pero, el desafío es continuo y solo tú ganas o pierdes porque compites contra ti mismo. El entrenamiento es el alma de cualquier actividad a ejecutar. La meta siempre en mente y el camino, pese a estar repleto de vallas, es un ligero paseo si el entrenamiento y la voluntad hacen mella en nuestra cabeza. La superación debe formar parte de nuestro día a día sin que nos llegue a causar reparo ni fobia alguna.

Ya puede ser juego en equipo, o trabajo exclusivamente individual, que la implicación personal debe ser la misma, pese a discrepancias halladas. El objetivo está ahí, el esfuerzo es la mejor dieta cuando tienes un propósito que cumplir situado entre ceja y ceja, a menos que seas el estadounidense jugador de baloncesto Anthony Davis, en cuyo caso este último comentario no sirve.

Ante todo seguir haciendo lo que a uno le apasiona desde una perspectiva continua y sobrellevando altibajos, porque en esta vida nos convertimos en alpinistas de nuestros propios miedos, y dueños de nuestras decisiones. Por ello, la fuerza bruta casi nunca lleva a buen puerto, solo con largas brazadas alcanzarás la orilla. Y como me dijo una vez mi abuelo: “Más vale tarde que nunca”.

viernes, 10 de agosto de 2012

UNO CONTRA TODOS, Y TODOS CONTRA UNO




 Mi intención nunca ha sido tomar parte protagonista en un juicio cada día. Hay que tener personalidad, carácter y perseverar en lo que uno cree, pese a las acusaciones de la competencia desleal. Mientras mantengas los pies en la tierra, nadie podrá descalzarte, por muy grandes y limadas que tenga las zarpas. Hoy combatiré y me enfrentaré a un ejército de colosos luchadores. No importa el arma que elija sino la táctica que escoja.

Hay que conservarse sereno en la adversidad, confiado en las contradicciones subyacentes que afloran con filo cortante. Los golpes vienen a pares y, a veces, van recubiertos de un puño americano para causar más dolor al otro. Un enemigo que surge de repente y sin saber uno muy bien de dónde salió o cómo se ocasionó todo. La avalancha de refutaciones empieza a ahogar, y sin nada en que agarrarte es difícil continuar flotando, las cosas claras y la mierda espesa.

Las reclamaciones solo son válidas para gente con proyecto de dignidad, no para caracteres endebles capaces de ser manipulables por una mano no acostumbrada a perder. Yo no soy un muñeco ventrílocuo y, sobre todo, nunca dejaré que me den por el culo de ninguna manera. Las “gracietas” hasta un punto son aguantables, pero en esta vida la permisividad tiene un límite y uno, después de tantas experiencias ya vividas, ya no se achanta con palabras escritas. Intimidaciones para los extorsionadores, y no para aprendices de superhéroes de calzoncillos por fuera.

Te pueden tocar el brazo, la espalda, y hasta el culo, pero una vez que rozan tus partes nobles sin tu consentimiento, ahí aparece la desconfianza y distanciamiento irreconciliable y recíproco. No dar el brazo a torcer si, pese a rumiar en tu cabeza toda la situación, sigues sin ver otra dirección que la que ya elegiste y empezaste a recorrer. Pero la verdad, la fase vacuna ha pasado a mejor vida, es hora de comerse el mundo y cagarlo con desgarro anal, como si estuviese haciendo de la realidad un videojuego y me quisiese cargar a alguien. Motivos tengo para realizar infinidad de actividades lucrativas, aunque la mayoría sean de semblante y actitud solitaria. Las aptitudes que manejo quizás no sean muchas, pero las pocas que controlo, las dirijo que no veas amigo.

No haré mucho relajado en la cama tecleando letras que no llegan a ningún lado, pero como tampoco me quita nada, pues al fin y al cabo, es algo que empato. Porque cuando realmente tenga algo que decir creo que seguiré usando, al menos, el aparato llamado teléfono. Tan importante son las palabras como quién las dice o de qué manera lo hace.
Y eso con la escritura apenas es perceptible, únicamente si lees entre líneas se puede ser capaz que averiguar qué matices son los usados, y qué tipo de indirectas son las más directas.

No es lo mío esquivar, suelo mantenerme de pie firme e impasible hasta que se agota la munición del contrario y, luego, si se da el caso, contraatacar, sino, lo mejor es esbozar una media sonrisa, mirarle a la cara y acabar dando la vuelta yéndote del lugar del no-crimen a cámara lenta musitando una canción. Eso si que descoloca a cualquiera. Qué mala es la impotencia y la frustración, capacitada para enervar la sangre, por muy horchata que sea, a cualquiera.

Ahora es tiempo de esperar a ver qué sucede y procurar no meter la pata en algo tan sucio, no querría ensuciarme. Así que de momento esperaré tumbado, que sentado me canso más.






lunes, 6 de agosto de 2012

CURAS sin cura


¿Qué se esconde detrás de las sotanas? ¿Somos conscientes de las mentes que han decidido difundir una serie de creencias? Ahora más que nunca la figura del “respetable” se cuestiona en su afán acaparador. Ya ni se esconden, y parece que se sientan orgullosos de hacer lo que no deben y que sus compañeros de vocación les encubran.

Hablo de los ya no supuestos actos de abuso y violación de los menores por parte de una mano Santa. No es una acusación global, pero, por desgracia, se está extendiendo como si de la peste se tratara, que al fin y al cabo, es eso, una infección mal curada y propagada por un sector, en teoría, purificado. Todos estos casos nos deberían de sorprender, y ya no es así, acostumbrados estamos a leer artículos sobre algún sacerdote, obispo, cura o lo que sea que ha ejercido de manera equivocada de niñera. Ex-alumnos de colegios católicos abochornados al recibir abusos en su infancia, monaguillos con más miedos que el Rey subiendo escaleras, y tentaciones que carcomen la cabeza de algunos curas y que contemplan como algo trivial y sin importancia. ¡La pederastia está a la orden del día señores, pídanlo en sus confesionarios más cercanos, tenemos ofertas de verano!



El avituallamiento de noticias sobre la Iglesia es continuo, pero algo me ha vuelto a hacer cata-crocker la cabeza. ELMUNDO.ES me ha servido de fuente para descubrir una nueva amenaza bacteriológica entre los vocacionales divinos; el máximo responsable de la Iglesia en Tenerife, el obispo Bernardo Álvarez, nos ha deleitado con unas declaraciones acerca de los abusos sexuales, que no tienen desperdicio: "Puede haber menores que sí lo consientan -refiriéndose a los abusos- y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan". Los de la revista del diario local 'La Opinión' se debieron quedar con la misma cara de idiota que tengo yo. Les falta acuñar en las próximas declaraciones la frase “si es que los visten como putas”, claro que sí, y luego a pedir perdón, o ni eso.


Surgen comparaciones, ya tópicas y típicas, entre la pederastia y la homosexualidad; excusas inexcusables que golpean duro contra el colectivo gay y lésbico, no juntemos churras con merinas por dios. Con justificaciones como: "¿por qué el abusador de menores es enfermo?", no hace falta decir nada más. Las cabezas que piensan esto no pueden atender a más razones que las creadas por ellos mismos. Yo aportaré mi humilde respuesta a esta cuestión tan clara: Estás enfermo cuando eres capaz de traumatizar a cualquier persona, más aún siendo un niño, marcándole de por vida y, creando un pensamiento azotador de autoestima de forma tan gratuitamente macabra y dolorosa. Por eso el abusador es un enfermo,  si tantas ganas tienen de aliviarse, que se reúnan clandestinamente entre ellos y que hagan lo que les de la gana, los niños no tienen por qué enterarse y todo el mundo se saldría con la suya.

Ahora empiezo a entender también muchas de sus reivindicaciones eclesiásticas y sus proclamas. No abogan por el uso del preservativo, considérense pecadores si pretenden tomar como opción el aborto; mejor es dar a luz, criarlos, y mandarlos a colegios custodiados por curas que te reciben con los brazos abiertos y la sotana levantada hacia el Señor.

Sigo insistiendo en que este artículo no implica señalar a todos y cada una de las personas que se han abierto a sus creencias, solo a los pocos que se aprovechan de ella. Aún así discrepo de palabras del articulista, de sobras conocido, Juan Manuel de Prada al afirmar que solo se da bola a estos asuntos tan delicados y turbios, en vez de ensalzar los comentarios del Papa Benedicto XVI. He de recordar que este nuevo Papa cuando era conocido como Ratzinger, ya intentó frenar la destitución de curas fraudulentos implicados en abusos. Intentó encubrir estos hechos con el según él “por el bien de la Iglesia Universal”.

Solo abogo a la justicia, y no me refiero a la justicia divina, sino a la terrenal. Porque de momento lo único que observo es que existen muchos culpables, pero pocas condenas. Y, mientras tanto, la enfermedad del pederasta continúa vacilando, no hay antídoto ni cura a la vista.