viernes, 26 de octubre de 2012

“Me quedo más tranquila”




¿Qué significa echar de menos? Esto quiere decir que falla algo en tu vida. Que algo que antes tenías, ahora desearías volver a disfrutar. Todo parece ir bien, es verano, casi hueles la sal del mar, pero todo se desvanece como arena en mano. Casi poder hacer océanos de lágrimas en cada despertar. Giras el cuello, y ya no está. Lo que un día fue algo normal, hoy te da la ostia de tu vida. Abofeteado por la ley de vida.

Sobreviven los más fuertes dicen, pero en la mayoría de las veces son los menos débiles los que deciden marcharse prematuramente. ¿Y que nos queda? Un maldito recuerdo incapaz de llenar un hueco interminablemente hondo. Fotografías que te marcan el paso vivido, objetos que ocasionan daño pese a ser exánimes. Incongruencias pensativas nacen en tu mente, cavilas de todo y nada te lleva a buen puerto. Las explicaciones no tienen cabida en este momento, por mucho que busques.

Una huida sin avisar, no estábamos preparados para esta situación, y ahora nos vemos envueltos en un episodio nuevo y tremendamente doloroso. Reconstrucción de la realidad y deconstrucción de un modelo de vida ya asentado que difícilmente podrá ser cambiado. ¿Cuándo se supone que llega la hora? Eso nadie lo sabe ni pretende saberlo, solo ocurre, y sucede cuando menos te lo esperas. Seguramente ni te enteres, y esa persona tampoco, pero pasa, y lo seguirá haciendo. Sobrevivir es más duro de lo que en un principio creía.

¿¡Qué hay que hacer en estos casos!? Soy novato en esto y pretendo no seguir cosechando experiencia en estas artes oscuras. Llegan los remordimientos, tu cabeza se llena de tanta mierda que se colapsa y apenas sufres migrañas. No oigo su voz, ni veo aquella sonrisa permanentemente curvada en su rostro como diciendo: “Aquí estaré yo siempre para ver como creces”. Disminuyen, si aún es posible, todo tipo de creencia espiritual. No confío en nada y todo contribuye desfavorablemente a querer pensar en esa persona que cogió el tren sin número.

Rareza es lo que siento ahora, observo todo cambiado a mi alrededor. Una envoltura en un aura de melancolía y nostalgia de cosas tan nimias como una humilde comida. Tras esta ya no ingestión matutina, la siesta se ha hecho eterna y no hay despertar posible. Un plato menos en la mesa, una risa ausente en la sala, un vago recuerdo es la mierda que nos queda para desayunar.

No alzaste nunca la voz, gritar no estaba en tu vocabulario, solo usabas las palabras como caricias verbales para los malos momentos, el silencio era tu traje en los momentos que peor lo pasabas. No quisiste ser la protagonista en tu vida, ni siquiera te dignaste a participar con un papel secundario. Espectadora de lo que los demás te mostrábamos.

Se cumplen los días, siguen transcurriendo, pero tú no pasarás de largo nunca.  No se muy bien describir cómo me siento, percibo un ambiente extraño sobrevolando por donde paso, eso sí, algo que no pensé que notaría jamás.

Los anhelos joden, pero en su día curaron tristezas que más tarde echarás de menos. Y hoy he vuelto a recordarlo todo…

lunes, 22 de octubre de 2012

UN ARMA EN MIS MANOS



Todos, queramos o no, somos conocedores de casi todo tipo de armamento. Arsenal balístico, armas blancas, cortantes, afiladas, insinuadoras, calibradas, inseguras, mundiales, temidas, veneradas, y todos los adjetivos habidos y por haber. Yo en mi experiencia personal prefiero una que tiene seis cuerdas: la guitarra. Una herramienta que puede llegar incluso a desconcertar a tu peor adversario, pero que si se usa bien se convierte en el mejor bálsamo de días nublados.

Aunque el aprendizaje no es sencillo, la práctica lo suaviza. Primera lección: no es fácil coger ritmo. Pero quizás eso sea lo mejor, el ir poco a poco poniéndote esa meta que tanto ansías y que si no la sitúas entre ceja y ceja, cejarás en el empeño y fracasaras en tus propios objetivos; algo que no debes permitirte nunca hacer.

En mi caso, yo hice un primer intento que se quedó en eso, un intento. Y, en mi caso de nuevo, la segunda ocasión fue la definitiva, la guitarra como compañera y mi ordenador como profesor, yo me puse mis propios deberes. No de asomo se puede decir que se tocar la guitarra, pero al menos me siento muy bien cuando toco lo único que consigo.

Ahora el dedicar parte de mi tiempo a la “música” se ha convertido en uno de mis hobbies con especial predilección y que más sacrificios me ha hecho pasar. Merecerá la pena si realmente te sirve de algo el recurrir a este preciado instrumento. Algunos piensan que soy un bohemio, otros dirán que me las doy de listo por la vida o de flipado. Y yo les digo: al menos tengo unas curvas en mi mano que se dejan tocar. Esta fiel compañera de viajes me ha seguido en lo bueno y lo malo, es más, ha veces si no hubiera sido por ella no habría dado algún que otro paso de gigante que di en su tiempo…

Y es que cuando un día te juntas con otras cuerdas y más gente y pones en común todo eso que un día sacaste porque sí, es como si se parara el mundo a los pies de esas cuerdas que marcan el compás de lo que puede convertirse en un himno de jóvenes intentando evadirse de un mundo cada vez más negro. Con solo una armonía intentas poner color y risas a una mierda de sucesos que no hacen más que joderte la existencia.

A veces pienso en huir, como ya es costumbre, ella y yo, de la mano hasta donde se acabe la música; porque será allí donde pondré yo la mía para que este bello arte nunca termine. Larga vida a todos aquellos que disfrutan de lo que hacen con un instrumento a sus espaldas.

PD: SI PODÉIS DEDICAR UN SEGUNDO A ENTRAR EN ESTA PÁGINA SE AGRADECE. UNA CANCIÓN HECHA CON MUCHAS GANAS, OTRA COSA NO PUEDO DECIR, VOTAD ANTES DEL DÍA 28 DE OCTUBRE.

domingo, 21 de octubre de 2012

TRASTORNO BIPOLAR






Lloro y río, desespero con gozo, canto a la muerte, me divierto tan solo con enojarme. Es la sensación extraña y abrupta de concebir todas estas acciones como un único suceso. Un hecho que muchos separatistas distinguirían con una línea gruesa, y que yo, sin embargo, las entiendo como algo que aparece en su invisibilidad. A veces viene la rabia, no sabes el porqué, solo oyes cómo los minutos te recuerdan que tu estado esta enrabietado.

Y no está bien que a tu cuerpo le invadan unas apetencias maniático compulsivas de querer romper algo. Yo al menos pienso que al esparcir en mil pedazos los trozos de ese jarrón que hay en el salón pueda aliviar mi cabreo y pasar al siguiente nivel en la escala de esta patología. Más tarde llegan las escapatorias, huidas y el rehusar de todo aquello que implique dar cualquier tipo de explicación; ¡Qué sabrán ellos! Cada uno  a su ritmo en un compás de cuatro por cuatro anormales.

El afán por irte, marchar a ningún lado, pero, al fin y al cabo, desaparecer entre la multitud. No tener que mirarme al espejo y apaciguar el instinto de marcar mis nudillos en mi reflejo para luego observar como se llenan de sangre. Y el que está detrás de ese cristal lo sufre de igual forma.

Quiero poder hacer cosas que nunca quise no poder hacer y, de las cuales jamás creo que pueda poder hacer porque este mundo te obliga a hacer todo aquello que no querías hacer para no poder hacer lo que realmente te propusiste llegar a hacer. Cómo se es capaz de sentirte un único peón en una sociedad de alfiles que custodian reyes. Las leyes que debes regir para no ser apartado pero, si lo meditas, eso es lo que añoras; el apartarte de aquello que te acaba cansando.

Porque la vida lo que realmente es, y aquí cito una escena de una gran “pequeña” película: “La vida es un concurso de belleza detrás de otro”, y eso es; nada más.

viernes, 12 de octubre de 2012

Carlos Chaguaceda, el hombre que destapa la felicidad en España



 

                              The Coca-Cola Company cuenta con 13 marcas.


Una marca persigue a Carlos Chaguaceda, es la marca de la felicidad. Y lo hace desde su llegada en 2002 a la multinacional COCA-COLA como director de comunicación  corporativa. Chaguaceda es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid desempeñando diversos cargos en Antena 3 Televisión, para Expansión , La Gaceta de los Negocios  y la agencia de comunicación Eurocofín. Y es que saber que representas a una gran compañía conlleva una responsabilidad y, puede generar unas expectativas por pertenecer a ella.

De sobras es conocido el producto ofrecido por Coca-Cola, pero ¿cómo ha logrado posicionarse en lo más alto? The Coca-Cola Company se ha convertido en la mayor compañía de bebidas del mundo, presente en 206 países, ofreciendo a los consumidores más de 500 marcas y 3.000 productos. Y pese a la crisis, sigue siendo una de las empresas con mayor beneficio; en 2011, como fue redactado en el diario El Mundo, La facturación de Coca-Cola mejoró un 11% en Eurasia y Africa y un 4% en Europa, mientras que las ventas crecieron un 14% en Latinoamérica y un 84% en Norteamérica. Asimismo, la facturación de la compañía aumentó un 11% en la región del Pacífico”.
Cualquiera reconoce esta marca, y lo que significa. “Yo no creé Coca-Cola, eso ocurrió en 1886”, cuenta Chaguaceda. Y es verdad, fue el 8 de mayo de ese mismo año cuando el farmacéutico John S. Pemberton puso a la venta por primera vez un jarabe que luego sería bautizado por su contable con el nombre de "Coca-Cola" y que se convertiría años después en el refresco de cola más consumido del mundo. Posteriormente la fórmula sería vendida a un empresario que le añadió el agua carbonatada.

¿Qué vende Coca-Cola en sus anuncios?


Sin embargo, esta multinacional se ha hecho famosa, sobre todo, por sus campañas publicitarias y su iniciativa a la hora de promocionarse. Ya ni siquiera venden productos, ahora ofrecen optimismo y felicidad, esas son sus dos consignas cada vez que presenciamos uno de sus anuncios. “decir siempre la verdad en torno a la publicidad y el producto, ya que son las historias reales las que mejor conectan e interesan a la sociedad, por tanto las que más beneficios aportan a la marca”, así lo recoge Chaguaceda en la conferencia dada en la Universidad San Jorge de Zaragoza. Una marca es algo que hace que te recuerden y que te diferencien de los demás, Chaguaceda compara el fenómeno con el éxito generado por Steve Jobs y sus productos Apple.

Y siguiendo las comparaciones, nunca falla la competencia de Coca-Cola con otro grande de los refrescos, Pepsi; dos compañías que reportan ganancias aún en tiempos de crisis. Sin embargo, ninguna ha logrado conectar con el consumidor como Coca-Cola, conocida por el 94% de la población mundial y la tercera marca mundial con mayor número de seguidores en Facebook con 20,7 millones de seguidores, después del propio Facebook y YouTube. Y si es por redes social no puede faltar Twitter, Cocacola España tiene en twitter cerca de 47.000 seguidores, mientras que Pepsi cuenta apenas con 2.500 followers en nuestro país.
Coca cola en sus anuncios ya no tiene como principal finalidad vender, ahora quiere conseguir emocionar al espectador, transmitir la felicidad con la que se relaciona la marca. En sus ultimas campañas publicitarias como la de destapa la felicidad se centra en hacer llegar al consumidor una serie de mensajes positivos, eso sí, siempre relacionándolos con Coca Cola. Su logotipo ya solo se relaciona con aspectos positivos que acompañan a los eslóganes que constantemente van apareciendo.

Coca-Cola llegó a España en los años 20.


Esta compañía es ya un símbolo universal ligado a la felicidad. Un ejemplo reciente es el anuncio de “el abuelo más mayor del mundo y el bebé más joven”, se apela todo el tiempo a este sentimiento de unidad por la vida, aunque para ello en la realidad, tuvieran que coger a un actor y no al abuelo de 102 años.

Al fin y al cabo, Coca Cola intenta mostrar tanto una bebida como un modelo de vida.




domingo, 7 de octubre de 2012

182 MOTIVOS PARA IR A UN CONCIERTO









Qué mejor que sentirte rodeado de voces que cantan lo mismo que tú. Una melodía en una canción que te recordará un momento de tu vida, doloroso, sufrido, feliz o ansioso. Un grito al unísono contra unos creadores con sentimientos de dioses. Inmiscuirse en la vorágine de olores que emanan esos sobacos que, al fin y al cabo, reconoces la esencia. Da igual en que estilo te muevas o dónde te encasillen, si el resultado será el mismo, disfrutar de una actuación. Tampoco importa si acudes a un estadio, o al bar más cutre de tu ciudad, siempre y cuando estén ellos ahí.

Puede ser que ese grupo al que vas a escuchar en directo sea internacionalmente famoso, o puede que solo los conozcas tú y alguno que se ha perdido por el local en cuestión, tu motivada no varía. Con un cubata en mano y moviéndote al son de unos acordes que, en ocasiones, te resulta complicado saber qué cacho de canción tocan. Estás allí abajo, haciendo un contrapicado con tu mirada, ensalzando a esos chavales que un día decidieron reunirse con un instrumento de cada palo. Nada mejor que un directo para emanar adrenalina hasta desde el perineo.

Un día piensas, reflexionas, sueñas, te preguntas, analizas, deseas, y te dices: Algún día yo estaré allá arriba, y tú me tirarás tu ropa interior. Yo cantaré y me gritarás, tocaré y me aplaudirás, para más tarde irnos los dos juntos a tomarnos unos copazos junto a unos altavoces que pongan a Juan Magán. Menos mal que en nuestras cabezas siempre sonará buena música.

viernes, 5 de octubre de 2012

Un camino hacia la vida



 Nos levantamos cada mañana tirando de las sábanas, nos rascamos la rabadilla y viaje al baño, una sacudida de agua en la cara y comienzan las quejas tras una despedida prematura a las legañas. Un día nos da por decir que tenemos arrugas, otro acusamos al sol de que nos haya quemado, que cosas… Pero nunca pensamos en los verdaderos problemas que tiene que presenciar algunos espejos. Aún siendo de noche y predominando la oscuridad, algunas personas sufren en soledad y sin un rayo de esperanza. Surgen enfermedades para casi todos desconocidas, solo reconocibles por unos pocos, los que las padecen. Sin entrar en detalles innecesarios, solo nombrar dos lacras de la salud como son: la esclerosis múltiple, y cualquier tipo o ramificación de cáncer, nada visible con una rápida ojeada, pero más doloroso que cualquier infección cutánea.

Quedarse encerrado imaginándote en otro cuerpo no es una solución posible, esconderte en la cama es una autovía, sin peaje, hacia la depresión más profunda. Quizás no es algo curable, pero ni por un instante se trata de una condena eterna, sino de una lucha que hay que librarla en el mejor escenario favorable posible, y no hay otro que bajo la mirada penetrante del sol. Seguramente la batalla sea contra ti mismo, he ahí la cuestión de cómo se debe plantar cara a esos asuntos tan delicados.

Una buena receta para muchos de estos males, por su prevención y futura disolución, son los paseos al abrigo del sol. Este gran astro puede ser un fiel compañero, siempre y cuando no se abuse de su amistad. Nos ofrece un medicamento gratuito y sano; un médico de cabecera con una receta general: vitamina D.  La mejor fuente de salud que nos presta el sol por medio de pequeñas dosis regulares que nos ayudan a disminuir el riesgo de cáncer, todo en su justa medida, una sobreexposición será contraproducente. Lo poco gusta, lo malo quema. Solo de cada uno depende la voluntad de su fuerza, la superación se consigue, no es fácil, por tanto no lo destruyas, déjala que fluya junto al sol.

jueves, 4 de octubre de 2012

HOY ME BAJO AQUÍ



La llegada del verano implica dos conocidas situaciones: Las canciones baratas y el resplandeciente sol justiciero de horas infernales. Tenemos una misión; culminar nuestras obligaciones lectivas, tras esto, no se nos ocurre mayor iniciativa que desmayarnos en el césped, arena, suelo, toalla, cemento… que más da si el calor aborda cualquier esquina habida, cuando la aridez carece de sentido. La habilidad que se nos ha conferido para poder trasmutarnos -pasando de un blanco nuclear a un tono tostado de piel- es algo que conlleva una gran responsabilidad. Somos superhéroes anónimos con encargos a débito que solo cada uno de nosotros puede superar y, si acaso, devolver lo dado.

Lo bueno que cabe alcanzar en esta cruda realidad de crisis política, además de económica, es todo aquello que no nos supone ningún gasto monetario, únicamente de nuestro, cada vez menos preciado, tiempo. Aquí entra en juego el factor 30, una protección contra un ataque solar que nos defenderá, como si fuese una armadura, para aguantar los dimes y diretes de un diálogo inexistente entre nuestro cuerpo de reptil y la estrella más caliente.

Pese a todas estas prevenciones, nos merecemos bajar de vez en cuando en esta estación y emprender la huida a la relajación. Uno se acostumbra a estar harto de una sociedad repleta de decisiones inverosímiles, y cuando, por fin, llega la ansiada escapada veraniega, es un soplo de aire, a pesar de la inexistencia de éste en el ambiente. Se trata de la época del año animadora de nuestras aspiraciones; nos encontramos más dinámicos, menos pesados, más deseosos de ofrecer placer, porque si la primavera la sangre altera, en verano nos mantenemos en todo lo alto de la montaña. Nos sentimos dioses en la mortandad efímera de la vida.

Nada parece echarnos atrás, con el primer rayo de luminiscencia solar sufrimos una inyección de antidepresivos vía cutánea. Todo parece ir más rodado con un tiempo favorable, sol controlable, un paseo matutino. Nos sentimos mejor con nosotros mismos y nos vemos relucientes, y lo exportamos al exterior de forma tan gratuita como la garantía de que estamos en lo correcto cuando elegimos qué hacer, cómo, dónde y con quién hacerlo.