Película tomada de la novela de Chuck Palahniuk que debe ser
vista al menos una vez en la vida y que te lleva a reflexionar aspectos que no
te los hubieras imaginado. ¿Realmente poseemos una única personalidad, o nos
componemos de diferentes personajes que según el acto nos comportamos de
distintas maneras? Como suele ser normal en el cine, las situaciones son
llevadas al extremo que es donde mejor se entiende cualquier explicación, el
protagonista se cuestiona su vida como a menudo hacemos nosotros. La rutina
suele ser una mala compañera de viaje, nos deberíamos ir con la curiosidad,
inquietud, constancia… todos estos amigos que son los que importan y que se
cuentan con los dedos de una mano. Dos caras de una misma moneda, así somos,
quizás porque tendemos a caer en tentaciones o simplemente por nuestra
naturaleza.
Lo único claro es que debemos buscar siempre una
ambición desde la perspectiva de que no todo es una mierda en la vida, y que
los pequeños detalles desatan la locura de quien los recibe. Por tanto, debemos
controlar nuestros impulsos y no perder el norte con el mundo, ser nosotros
mismos y dejarlo patente sin que la sociedad influya negativamente en nuestra
vida. Primero debernos a nosotros mismos y luego todo eso proyectarlo a los
demás, pero sin convertirnos en un mero individuo del consumo, ante todo somos
personas con un objetivo.
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