Y es que
esta película estadounidense del año 2000, marcada para muchos como una
genialidad, penetra en uno de los temas más tópicos usados en cine o literatura,
las drogas. Pero esta vez se muestran aquellas adicciones que quizás no nos
demos cuenta que las presenciamos, puesto que no lo concebimos como tal.
Además, ¿por qué explotar tanto todo lo relacionado con las drogas? Si muchas
obras maestras, ya sean pinturas, libros, canciones… algunas de las mejores
composiciones artísticas han nacido de la mano de alguna sustancial ilegal que
ha ayudado a la captura de la ansiada inspiración.
Por eso
en esta película podemos ver otra área de la sociedad que a través de algunos
vicios intentan asemejar su vida a un sueño, o por lo menos a no vivir
sufriendo ni sufriendo por vivir. Por eso viene mucho a colación el propio
nombre de la película Requiem for a dream,
el réquiem como canto a una vida sujeta a continuas adicciones que nos acaban
llevando a la muerte, y por eso se apuesta por un canto a los sueños. Pero como
bien es sabido, los sueños pertenecen a otra dimensión y no son plasmados en la
realidad, por eso se busca el efecto placebo ya sea en drogas duras como una
obsesiva atención hacia los dulces. Y este film intenta mostrar todo un
ambiente que termina revocando en la propia muerte como consecuencia de los
actos cometidos, y te van introduciendo en el propio masoquismo y desesperación
de unos personajes que teniendo muchas expectativas, se vinieron a bajo como
era de esperar. Todo este ritual podríamos relacionarlo con la misa previa
antes de ver a los difuntos y darles el pésame. Además, la banda sonora siempre
insta a pensar en temas religiosos, debido a su solemnidad y el tono de muerte.
Y es que, ya lo decía Calderón de la Barca: “La vida es sueño, y los sueños,
sueños son”. Mantener los pies en el suelo es nuestro deber como seres
racionales, pero esto no quita a que en tu mente reflejes un mundo o una
historia personal de cómo querrías que fuera una vida. Este es el trabajo,
muchas veces, de los grandes literatos. Además, no hay que olvidar que esta
película sale a luz gracias a la influencia del libro de Hubert Selby Última salida para Brooklyn, del cual
surge este largometraje.
Y es que,
esta novela fue escrita por una persona sin conocimientos necesarios, no era ni
escritor ni poseía estudios de periodismo. Refleja en su novela todo lo que él
considera relevante y medicinal, puesto que tomaba el escribir como mero
entretenimiento y distracción para sus problemas crónicos y su delicada salud.
Por ello salió este tipo de narrativa tan dura y tan poco optimista. Traslada
su visión decaída de la vida a sus páginas, tocando temas como la marginación o
la depresión ante los acontecimientos que experimenta y siente. Es todo un
conjunto de problemas sociales y la manera en la que enfrentarse a ellos.
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