Periodismo multifuncional
impartido por abstractos maniquíes. Anónimos con derecho a opinar de lo que ven
y oyen. Exposiciones claras y concisas contrastadas con las burdas
explicaciones de gente profesional. Clint Eastwood vaticinó lo que siempre fue
una gran realidad: “las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno”.
Pero, a veces, algunos de estos agujeros negros expulsan repulsivos gases
sufridos por los de alrededor, e imperceptibles para el dueño del susodicho
ano.
La vida pública atenta contra la
privatización del individuo en cuestión. Un juicio de actuación hecho por el
pueblo con un punto en común. Por suerte o desgracia, ahora vivimos conectados
a una única fuente; las redes sociales. Una recopilación de comentarios
plagados de noticias o sucesos noticiosos y, envueltos, en muchas ocasiones, en
un halo de ironía o gracias que acaban acosando al personal. Pero al fin y al
cabo, opiniones perfectamente acatables.
Pero aquí nacen los brotes
negros, respuestas con razonamientos no entendibles y sin un poso sólido. Gente
que se cree superior en la escala de lo evolutivo. Quizás algunos personajes
aburridos quieran divertirse a través de la mofa, pero en el más alto
porcentaje tan solo somos voces que critican lo que no nos gusta, por mucho que
se consideren dioses o diosas.
Es fácil poner cara la pared y
con los pantalones bajados a la gente que intenta darlo todo en su profesión, y
más si se tratan de periodistas, profesión demasiado generalizada y con poca
consideración. Pero más fácil aún resulta acuñar términos que no tienen nada
que ver con cualquier polémica generada. Hablo del coronamiento de machismo a
cualquier crítica hecha a la mujer. Se pretende un igualamiento de género
mientras, se le da más fragilidad a los actos dirigidos a la figura femenina.
Tan reprochable resulta cebarse contra un individuo ya sea hombre o mujer, como
contraatacar achacando de atentado terrorista contra lo femenino por ser
precisamente eso; una mujer.
Ya toca descifrar todo este
embrollo, hablo de la lamentable contestación de la incomprensible “periodista”
Sara Carbonero. Un proyecto de mujer diez que intenta mezclar el indudable
atractivo con la profesionalidad. Lo peor de todo es que si eso lo combinas
con arrogancia y egocentrismo, luego pasa lo que pasa; la curva del reflejo que
aparenta marcha hacia límites negativos.
En esta ocupación de ciempiés
humano compuesto de parados que significa España en la actualidad, lo
impresionable es el aspecto físico. Los medios necesitan de una imagen
hipnóticamente atrayente, lo secundario son las noticias. Esta paradoja
informativa se esta convirtiendo en el pan de cada día de esta empresa de
chalados llamada televisión. El director de orquesta en nombre de Paolo Vasile
y su grupo Mediaset España, parece
escoger con su varita a las personas menos indicadas. No es por meter el dedo
en la llaga pero, por estupenda que sea la figura de Pilar Rubio, quizás no sea
la más indicada para algunos modelos de programa en particular, como su última
adquisición, una calcomanía mal pegada del más que usado formato de Tú sí que vales. La belleza abre
puertas, mientras que el saber responder como hay que hacerlo se adueña siempre
de la llave.
Un corral emitido las 24 horas,
alzan la voz como representación de un pueblo. Pero nosotros no podemos ni tan
siquiera mostrar un susurro. La revolución que me hizo estallar se dio tras uno
de los partidos de la selección española de fútbol. Twitter se revolucionó, y
la causante fue una supuestamente profesional del periodismo deportivo. Los
casi inexistentes comentarios de Sara Carbonero están siendo una dinámica en
estos encuentros de la Eurocopa. Para esta toledana se le queda grande todo
este mundo. Pero tampoco se quedan cortos algunos de sus compañeros que deben
haber estudiado que retransmitir un partido consiste en no parar de gritar al
micrófono, pasión no es solo vociferar, al igual que follar no es únicamente
gemir.
A mi me da lo mismo que sea una
mujer periodista, la pareja del portero y capitán de la selección española, la
reportera deportiva más sexy según la revista FHM o si se opera las tetas. Solo
exponemos nuestro derecho a decidir si algo nos gusta o no, una crítica
humorística ante algo que nos llama poderosamente la atención. Comentarios
insulsos que no aportan mas que la gracia de saber que esta joven está de
cuerpo presente en el campo.
Sara Carbonero se debe tragar las
pocas palabras que dice ante la manada de contestaciones creadas para su Trending Topic. Esperemos que al menos
haya aprobado la asignatura de “Historia del periodismo” que tuvo que hacer en
septiembre de hace dos años, tras el mundial del famoso beso. Según lo visto
aun no le deben de quedar claros los conceptos periodísticos aplicados ya en el
pasado e instaurados en nuestra generación.
Pero la que sí debió superar, y con matrícula de honor, fue Historia de España, esto es sabido por su
facilidad al comparar las críticas a través de la red social con todas las
torturas producidas por la Santa Inquisición. Una chica que se cree una mártir
del pueblo y que exporta una sensación de que no se puede decir nada en contra
de ella. El machismo es una enfermedad imperdonable, pero la estupidez y el engreimiento
suponen la ignorancia del que no sabe como defenderse ante un ataque invisible.
Por eso y mucho más... gracias Sara.
Por eso y mucho más... gracias Sara.
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