lunes, 4 de junio de 2012

SE7EN


Siete, siete son los pecados capitales; uno para cada día de la semana. Se dice que el que no esté libre de pecado que tire la primera piedra; no habría suficientes para todos nosotros. Dante los escogió para su Divina Comedia y los expuso: Lujuria, gula, envidia, ira, avaricia, pereza y soberbia, estos son los siete enemigos del hombre que muchas veces ni imaginamos que nos acompañan. Por eso este thriller de 1995 con sus más que reconocidos actores Morgan Freeman y Brad Pitt, consiguen hacernos recordar las tentaciones de la vida. Muestra como todos podemos caer en ellas y lo fácil que resulta hacerlo y, además, la complejidad que requiere el librarse de estas penas. Un cómico español decía: “Si esta película se hubiera hecho en España hubiesen sido seis los pecados capitales, ya que la pereza está intrínseca en el individuo español”. De todas formas uno nunca está exento de cometer uno de estos pecados.

Siete suele ser el número de la suerte, el séptimo de caballería, o los siete mares, pero en este caso, se trata de unas pistas dejadas por un asesino y que de suerte tiene poco. Lo mucho abarca y o poco aprieta, y es así como deberíamos ver estas tentaciones, desde un prisma por el cual podamos transformarlas en algo positivo. Pasar de un pecado a una bondad: Ira-carácter, pereza-descanso, avaricia-ambición, soberbia-quererse a uno mismo, gula-apetito, lujuria-deseo y envidia-competitividad. Haciendo de lo prohibido algo que nos valga la pena podría ser una solución frente a lo negativo de los pecados, sobre todo, para devotos de la religión cristiana. 

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