Es de bien
nacido ser agradecido y al nacer no hay nada aprendido. Si una meta nos
proponemos tenemos que utilizar unas herramientas y unos medios para
alcanzarlo. No seamos ilusos. Y lo digo abiertamente, la sátira y la ironía se
la dejo a Mariano José de Larra y sus poemas, en especial el que lleva por
nombre Yo quiero ser cómico. Larra
criticaba de manera sutil la ignorancia que rondaba la sociedad de su época y
la poca importancia que poseía no tener una cierta cultura y especialización en
algún tema. Hoy en día, y aplicado a mi vida, yo le daría otro sentido. La
gente que se cree experta en algún campo cuando en realidad apenas saben de lo
que hablan. Y me refiero a aquellos que por saber escribir o haberse aprendido
a temprana edad todas las letras del abecedario, no por ellos se convierten en
expertos de la escritura ni en sabios periodistas.
Gente que
confunde el periodismo con un mero entretenimiento o concurso de ver quién grita
más o quién lleva la razón poniendo en tela de juicio a todas aquellas personas
que como yo, se nos inculca los verdaderos valores de esta profesión. La
devaluación es clara, el respeto que se nos debería profesar, cae en picado y
sin paracaídas que pueda paliar el golpe. La humildad es algo que no debería
perderse.
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