Rencores a pares que inundan los
bares. No conozco motivación mayor que la del rencor. Sed de venganza y de
intentar dar una lección que aún no has descubierto. Guardamos deseos de una
esperanza de que algún día podamos sacarla a la luz. El obcecamiento es
irrompible frente al perdón inútil.
En mi opinión, existen dos
fuerzas que mueven el mundo: las ganas y el rencor. Dos polos opuestos según el
diccionario, pero con una esencia común. El optimismo surge de estas dos
tendencias.
Hambre de ser partícipe de una
gran historia, no hace falta ser el protagonista, los papeles secundarios
también cuentan. Demostrar de lo que somos capaces, no dejar que se nos rían a
la cara y se vayan de rositas, ha llegado el jardinero y es la hora de la poda.
Ni perdonemos ni olvidemos, tengámoslo presente sin que nos coma terreno en la
mente.
Agarrémonos a algo en lo que solo
nosotros creamos. Haced que dentro de un tiempo sean los demás los que te sigan
como perritos falderos. Quizás en este momento no tengamos posibilidades de
mostrar todo lo que valemos pero tiempo al tiempo. No dejemos que nos
desprestigien, si ellos fueron cabrones devolvámosles la jugada. No pateéis el
balón, darle en los cojones. Porque hoy es por mí y mañana haré todo lo posible
para que no sea por ti.
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